lunes, 28 de julio de 2014

El rincón del noob: Adoration


Tengo que reconocer que hay cierto tipo de jugadores nuevos que me pone enferma. Me exaspera encontrarme con ellos en una mazmorra o cuando tengo la "desgracia" de hacer el buscador de bandas, en un campo de batalla o casi cualquier parte del juego. Me exaspera ver como un druida de nivel 90 -por poner un ejemplo, ya que me ocurrió hace poco en una heroica- con talentos de equilibrio y equipo de intelecto, pega en forma de oso como si nada; me exaspera decirle por activa y por pasiva que tiene una forma adecuada a esa configuración de talentos, que es un pollito... y que de la impresión de que ni siquiera me lee -aún quiero pensar que se estaba quedando con todo el grupo- y me exaspera que me exaspere jugar con ese tipo de gente porque entiendo que todos hemos sido noobs -aunque a veces haya pasado tanto tiempo que parece que ni siquiera nos acordamos- y hemos tenido nuestras grandes meteduras de pata "hasta el fondo". En esos momentos intento poner los pies en el suelo, ser "buena" persona y ayudar todo lo posible, de la misma forma que hubo gente que a mí me ayudó en su día y me tuvo toda la paciencia del mundo -falta hacía... y estoy segura de que pronto averiguaréis por qué-.

Probablemente, en el fondo también se refleje cómo ha ido cambiando la comunidad y el tipo de jugador que nos encontramos... porque, en mi caso y hablando de hace siete años, no era la única noob del mundo y tanto mis compañeros newbies como yo, leíamos y atendíamos con total admiración a los niveles altos que se paraban a enseñarnos y explicarnos cómo iban las cosas.



Pues de eso va este post. No de las pifias que vemos que cometen los demás ahora que llevamos años paseándonos por Azeroth como si nada -esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión-, sino de las nuestras. Esas que recuerdas ahora que ha pasado el tiempo y te da la risa floja pensando "ay madre... ¡¿cómo pude!? -/facepalm-".
Así que ahí vamos, con algunas de las cagadas que más recuerdo.

El primer personaje que probé fue una bruja humana que no llegó más que a nivel 20:
  • ¿Diablillos a mí? ¿Para qué voy a sacar esta mire** de bicho? Yo, sin nada.
  • Ah, ¿que la misión recomienda que se haga con más de un jugador? ¿qué es eso de "grupo"? Yo valgo por dos y por un grupo entero si hace falta. Me tiro sola mil veces a ver si cuela y lo mato -sin diablillo, claro-.
  • ¿Tengo que ir a buscar el abisario? Bueno, si no necesito el diablillo, ¿para qué voy a necesitar cualquier otro acompañante?
  • Voy a matar bichos a bastonazos/dagazos/espadazos/loquésea -tengo que reconocer que esta creencia me acompañó algún nivel más allá... hasta que caí de la burra-, que si no no subo el arma y por lo tanto, seguro que mis hechizos pegan menos.
  • Alcanzo el nivel 20, voy a Ventormenta y empiezo de cero con otro personaje porque no sé por dónde narices seguir.
  • Server PVP,  ¿un 70 en Páramos de Poniente? No pasa nada, voy a lanzarle un hechizo a ver cómo le sienta.
  • Maestro de Grifos de Ventormenta: un paisano con pezuñas a su lado... Lo miro, lo remiro y pienso, ¿qué cojo*** hace un tauren aquí tan tranquilo? ¿Por qué nadie defiende la ciudad y le pega? ¿Por qué no le puedo pegar yo? ¡TRAMPOSO! Me acerco cuidadosamente para no ser vista, pregunto por ahí y por fin, alguien me saca de dudas... ¡ERA UN DRAENEI!
Una vez descubiertos los draeneis -xD- y comprada la TBC, me aventuré con una chamancita:
  • Para no perder la costumbre, ¿tótems a mí? PARA NADA. Menuda pérdida de tiempo.
  • Anda, ¡mar! ¡Y parece que allí está la zona de los elfos de la noche! ¡Voy a cruzar nadando! Uy, me muero pero... ¡voy a volver a probar a ver si esta vez soy más rápida!
  • Chamán, escudo... ¿podré ser tanque? Bueno, es igual, cuando pidan gente para mazmorras de mi nivel yo digo que soy tanque y punto. Y lo hice, que conste.
Volví a intentarlo con otra bruja, esta vez elfa de sangre -ahora sí que invocaba al diablillo y fui a hacer la misión del abisario, lo prometo-.
  • Vamos a seguir con los bastonazos/dagazos/loquésea no vaya a ser que mi teoría de que los hechizos pegan menos se confirme.
  • ¿Aldea Piroleña? ¿Elites? ¿Eso doradito alrededor del retrato del tío? Meh. Si no los mato a la primera seguro que a la número mil y concentrándome en serio lo hago fijo. Horas después me di por vencida y aprendí, de verdad y a palos, lo que era un élite.
  • ¿Sima Ígnea es una mazmorra? Bueno, pues yo entro porque tengo misiones y me hago casi hasta la mitad solita y a nivel 18. Después fue demasiado para mí y comprendí el concepto de "cooperar con otros jugadores".

Y ya por fin llegué a la elfa de sangre maga, que me hizo sentar la cabeza en eso de aprender seriamente a jugar y fue mi main durante muchos años. Quizás salvo hacer la rotación que a mí me salía de las narices o cómo mejor me parecía para subir, fue la más "normal" de todas. 

Seguro que si lo medito sacaría alguna que otra anécdota más y a nivel no tan bajo -x_D-, pero estas son las primeras que se me han venido a la mente y también, en el fondo, las que recuerdo con más cariño y nostalgia porque no hay nada, en mi opinión, como la sensación de empezar a explorar un mundo nuevo -sobre todo un mundo como World of Warcraft- y sorprenderte por todo aquello que vas encontrando en tu camino.

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